EL MUNDO
27 junio 2011
Ayunar para engordar
Patricia Matey
Más riesgo de anorexia en adolescentes con malos hábitos
alimentarios. Las dietas o ayunar elevan las posibilidades de sufrir obesidad. Los
comportamientos de riesgo precoces se mantienen en la juventud.
Las
chicas y chicos que en la adolescencia hacen dieta o desarrollan
comportamientos alimenticios de riesgo (comer de forma insana, ayunar o darse
atracones) 'arrastran' estos hábitos insanos hasta la juventud, lo que eleva su
riesgo de sufrir anorexia, obesidad o bulimia.
Esta
es la principal conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores
estadounidenses tras llevar a cabo un estudio con 1.030 hombres jóvenes y 1.257
mujeres jóvenes a los que realizaron un seguimiento de 10 años. Un 30% de los
participantes tenía una media de edad de 12 años al inicio de la investigación,
mientras que un 70% contaba con una media de 15 años.
Marina
Díaz-Marsá, responsable de la Unidad de Trastornos de
la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario
Clínico San Carlos de Madrid, asegura a ELMUNDO.es
que el estudio es "importante porque refleja una realidad importante.
Meterse en dietas y en conductas alimenticias anormales finalmente puede
conducirte a la anorexia, pero también a la obesidad. El problema es que los
adolescentes no tienen formación en nutrición. Muchas chicas dejan de comer
carne roja y la sustituyen por pollo porque creen que engorda menos y no es
exactamente así".
Esta
especialista reconoce que para evitar trastornos de la alimentación como la
anorexia, la bulimia o la obesidad se deben "realizar acciones preventivas
destinadas a instaurar conocimientos sobre la dieta saludable y la práctica de
ejercicio físico. Está comprobado que el ayuno provoca que luego se den
atracones de productos con alto contenido en grasas y calorías, lo que hace
que, pese a la dieta, se acabe desarrollando obesidad. Además, las personas que
hacen dieta tienden a no cocinar y recurren a comidas preparadas, bollería
industrial... que son más insanas y con más grasas".
Prueba
de que la 'mala dieta' está causando ya estragos en la población adolescente
española es el caso de la menor de 15 años que acaba de ser intervenida en el
Hospital madrileño la Paz. Se trata de la primera niña que se somete a una
reducción de estómago en nuestro país. Pesaba 79 kilos más de lo que debería
pesar en función de su edad y estatura (41 kilos).
Dianne Neumark-Sztainer, de la
Universidad de Minnesota (EE.UU.), es la autora
principal del nuevo ensayo que ha visto la luz en el último 'Journal of the
American Dietetic Association'. "A todos los participantes se les
preguntó si hacían dieta, si seguían conductas extremas como el ayuno, el uso
de sustitutivos de comidas o saltarse alguna de ellas. Además, se indagó en
otros aspectos como, los datos socioeconómicos, la edad, el sexo y la raza,
entre otros factores que pueden alterar los resultados", declara en su
trabajo.
Los
datos muestran que la prevalencia de la dieta para
bajar peso se mantuvo relativamente constante desde la adolescencia hasta la
edad adulta en las mujeres de ambos grupos de edad. Entre los varones, los que
tenían menos años siguieron haciendo dieta o con conductas de riesgo pasados
los 10 años de seguimiento, mientras que este tipo de comportamientos aumentó
en los chicos que tenían más años al comienzo del estudio", destaca el
estudio.
Para
los investigadores "el seguimiento de una década de este tipo de
comportamientos potencialmente dañinos sugiere que su uso no es sólo una fase
por la que atraviesan los adolescentes, sino que las dietas y las conductas de
riesgo alimentarias precoces sientan las bases para
su uso continuo en el futuro. En conjunto, los hallazgos sugieren la necesidad
de realizar prevención temprana de estos comportamientos, así como realizar este
mismo esfuerzo durante la adolescencia y la juventud".
A dieta de por vida
La
ineficacia de la dieta "para la prevención de la obesidad en la
adolescencia, las consecuencias negativas asociadas a los trastornos de la
conducta alimentaria y la alta prevalencia
de estos comportamientos han sido demostrados en estudios previos. El nuestro
se suma a estas evidencias pero demuestra además que estas conductas continúan
hasta la edad adulta", recalcan los autores.
Defienden
"la necesidad de identificar los factores que predicen el uso continuado
de estas conductas y su progresión hacia los trastornos de la alimentación. Es
importante examinar los efectos del uso persistente de hacer dieta y de los
malos hábitos alimentarios en el organismo y en la saluda mental, como comer de
forma compulsiva, más riesgo de depresión, entre otros".
La
doctora Díaz-Marsá reconoce que un "50% de las
pacientes con anorexia consigue recuperarse completamente; mientras que un 25%
sigue manteniendo un poco de dieta el resto de su vida, el 15% lleva hábitos y
conductas anormales y en un 10%, la enfermedad se cronifica".
Por
este motivo, "los jóvenes preocupados por su peso deben contar con apoyos
para seguir una alimentación saludable y mantener una actividad física
sostenida a largo plazo. Lo importante es alejarlos de la utilización de
prácticas poco saludables para controlar el peso".